A Tale of Two Elvises

 

El año pasado tuvimos Elvis de Baz Luhrmann y este año tenemos Priscila de Sofia Coppola. Dos Elvis en dos años.

Amo a Sofia Coppola y también amo a Baz Luhrmann, pero ¿era necesario tener dos versiones de Elvis con tan poquita diferencia? Honestamente no sé. En lo personal yo estoy harta de ver tantas interpretaciones de un mismo personaje. Para mí el límite fue el tercer Spider Man. No puedo creer que viví en un momento en el que existieron tres Spider Man. Con Tobey Maguire era más que suficiente.

Otra situación verdaderamente estúpida, que pasó años antes, fue cuando Aaron Taylor-Johnson y Evan Peters fueron el mismo personaje en películas diferentes. Me parece innecesario. Sé que Elvis es diferente, porque se trata de una persona real y no un superhéroe. También sé que Elvis y Priscila no cuentan la misma historia ni la misma perspectiva. Lo que realmente me molesta es la comparación entre Austin Butler y Jacob Elordi. 

Nunca he sido fan de Austin Butler. Supe de su existencia porque era novio de Vanessa Hudgens y así lo conocía hasta que empezó su tour de prensa de Elvis. Sinceramente yo no podría decir si su interpretación me pareció particularmente buena, ya que se vio totalmente eclipsada por cómo Butler dejó que el personaje se apoderara de su vida. Hasta la fecha, no estoy segura si ya dejó de usar el acento de Elvis. 

No se puede hablar de la película de Elvis, sin hablar del esfuerzo sobrehumano que hizo Butler por encarnar al personaje. Él quería el Óscar, pero lo quería demasiado y eso no nos gusta. En entrevista tras entrevista habló de cómo estudió horas de videos de Elvis, dejó de ver a su familia, aprendió karate y se aferró al acento lo más que pudo. 

Pasó algo parecido con Anne Hathaway años antes, solo que ella sí ganó. Durante su press tour por Les Miserable, Hathaway se convirtió en una de las actrices más odiadas del momento. Lo quería demasiado y era molesto. Sin embargo, no entiendo porque es así. Es decir, ambos estaban esperando recibir uno de los mayores honores que les pueden otorgar en su carrera, claro que lo van a querer. Hasta Leo se esforzó por conseguirlo.

En 2023 ya todos sabemos que el verdadero villano del clásico cinematográfico High School Musical no es Sharpay Evans, sino Gabriella Montez. Pero por muchos años no lo supimos o no lo aceptábamos. Nos parecía normal darle el papel de la villana o de persona desagradable a la que estaba haciendo el mayor esfuerzo por cumplir sus sueños. ¿Por qué no nos gustan las personas que se esfuerzan? ¿Por qué nos han hecho creer que es mejor recibir un premio cuando hemos hecho el mínimo esfuerzo? Es decir, queríamos que Gabriella y Troy obtuvieran el papel protagónico a pesar de haber hecho una audición de lo más mediocre en vez de a Sharpay y su hermano, que hicieron todo un número musical. 

Una vez que lo ves, no lo puedes desver. Esto pasa mucho en series y películas. Serena van der Woodsen es un excelente ejemplo de esto. No me refiero al privilegio que claramente tiene por ser rica y bonita, entiendo que esa parte es inherente a los personajes de Gossip Girl y particularmente a ella. Pero, frecuentemente los escritores la ponen en situaciones en las que su naiveté es recompensado y reconocido por encima del esfuerzo y experiencia.

En el primer episodio de la temporada cinco, Serena por algún motivo trabaja en la adaptación cinematográfica de The Beautiful and Damned. En la última escena de la temporada anterior la vemos platicando con un hombre que está leyendo dicho libro, que resulta ser el favorito de Serena. Eso fue todo lo que necesito para conseguir un trabajo en Hollywood y para superar al hombre que le consiguió ese trabajo. El antagonista del episodio es un hombre que tiene más experiencia y que claramente está enojado de que Serena esté recibiendo más reconocimiento en su trabajo.

Claramente, al ser ella la protagonista, queremos que triunfe. Pero mi issue es la idea de que ella sabe más o merece ser recompensada solamente porque leyó el libro y debemos creer que su falta de experiencia es lo que la hace saber más (?), ser más apta o simplemente ser mejor. 

El antagonista es un hombre que tiene más experiencia y que está celoso de que Serena esté recibiendo más reconocimiento que él. Yo también estaría enojada. Y nosotros como viewers debemos creer que solo porque Serena leyó el libro y carga un clipboard ya es una chingona en el mundo del cine. Dijera Tyler Durden: "Sticking feathers up your butt does not make you a chicken".

Otro gran ejemplo son Andy Sachs y Emily en The Devil Weards Prada. Nos hacen creer que Emily es "mala" porque es apasionada por su trabajo y se esfuerza por ser buena en él. La pintan como si fuera ridícula por las cosas a las que le da importancia, pero en el contexto en el que ella vive y trabaja, sí lo son. 

Sí, en un principio es grosera con Andy, pero ¿quién no lo sería? Andy llega a trabajar a una industria en la que tiene cero interés y la ridiculiza y la hace de menos y bueno, no necesito replicar el discurso del azul cerúleo. Pero también podemos ver esto cuando le repiten a Andy que tiene un trabajo por el que miles de chicas matarían. Debemos creer que ella es superior porque lo tiene y no lo quiere. 

Nos han enseñado que el esfuerzo no es cool. Austin Butler es un chiste porque se sumergió en el papel de Elvis y dio lo que probablemente sea el mejor papel de su carrera. Mientras Jacob Elordi solamente comió tocino y vio Lilo & Stitch. Es el mismo personaje, entonces las comparaciones eran inevitables. Pero sí, siento que feo que Austin Butler le haya echado tantas ganas para convertirse en un chiste. 

Es posible que esta mentalidad de dar más valor al mínimo esfuerzo sea dañina, porque de cierta forma nos encamina a percibirnos como un fracaso si no somos inmediatamente buenos en algo. O es posible que me sienta triggered por estas comparaciones porque soy hermana menor and if you know you know. 

Pero no me pregunten a mí, yo sólo soy una chica. 

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