Un año más sin conocer al ganador del Nobel de literatura


Se suponía que iba a terminar de escribir esto hace dos años y no lo hice, pero el sentimiento es atemporal. 

Hace unos días se anunció el ganador al Premio Nobel de Literatura y, como casi cada año, leí el nombre y pensé: "¿Quién?". No es mi intención hacer de menos el trabajo de nadie pero, ya olvidé completamente quién fue el galardonado del 2021, 2022 y no creo tardar mucho en olvidar al del 2023. Hace algunos años, me hubiera parecido imprescindible conocer la obra de esta persona, aunque fuera de manera superficial. En la actualidad me cuesta trabajo fingir interés.

El premio se ha otorgado desde 1901, al revisar la lista de nombre que lo han recibido, puedo reconocer únicamente 29. Si contamos a cuantos he leído, el número se reduce todavía más. De acuerdo a Alfred Nobel, quien inventó el premio que lleva su nombre, el Premio Nobel de Literatura será otorgado "a quienes en el año anterior hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad" en el campo de la literatura. Me pregunto cómo se medirá el "mayor beneficio a la humanidad".

Cuando estaba en la universidad, la entrega del Nobel de literatura siempre generaba mucho interés y conversación. Ocurría durante el auge de la era hipster, en la que todos pretendíamos ser más cultos y conocedores de lo que éramos en realidad. Verdaderamente mi época favorita. Creo que me hizo exponerme a muchas cosas muy cool e intentar apreciarlas. Las nuevas generaciones no lo entenderían. Tal vez nuestro interés también venía de ser una escuela en la que, probablemente más de la mitad, éramos aspirantes a escritores o escritores frustrados. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. 

En ese entonces, en cuanto se anunciaba, corríamos a comprar al menos una de las obras del autor. A veces por decisión propia, a veces por alguna clase. Así leí a Alice Munro (2013) y Patrick Modiano (2014). Todo el tiempo buscando ese factor que los hacía destacados, lo que los hacía mejores, lo que les daba a sus letras ese beneficio a la humanidad. Sinceramente, no lo encontré. Ni siquiera podría decir en este momento cuál fue la obra de ellos que leí. De Svetlana Aleksiévich (2015) ni me acordaba. Y luego llegamos al año de Bob Dylan (2016).

Amo a Bob Dylan. Mucho. Me encanta su música y desde hace años lo escucho con regularidad. Me gusta mucho la idea de alguien que sea tan bueno en lo que hace que trasciende las barreras de su ocupación. De cierta manera me encantó que le dieran el premio Nobel de Literatura. De otra, me hizo pensar en Phoebe Buffay practicando su discurso del Nobel de la paz, por un masaje. Podría decir que ese fue el momento en el que se me cayó la ilusión de ese galardón.

Después de ese año, dejé de poner atención porque me pareció que no tenía sentido. Coincidió con que fue el año en que me gradué de la universidad, entonces el interés desapareció a la par de la presión social. En la escuela, recuerdo que la conversación o la pregunta recurrente iba enfocada a ¿por qué debería de importarnos? Quisiera acordarme del comentario completo que hizo una de mis maestras, al decir que le estábamos creyendo ciegamente a un grupo de viejitos en Suiza cuando nos dicen que algo es el epítome de la literatura. Otra cosa que aprendí en la escuela de periodismo es que, cuando determinamos que algo es bueno o mal, hay que preguntarnos ¿para quién?

Pasa lo mismo con los Oscares. Salen las listas de nominados y corremos a verlas, queriendo entender lo que las hace tan buenas. Y muchas veces no las entendemos. Muchas veces no trascienden más allá de ser "la película ganadora del Óscar". Al pensar en ese tipo de premios, pienso mucho en Leonardo DiCaprio. Durante varios años se vio que quería ganarlo. Se convirtió en un chiste de internet como no lo hacía. Como se lo daban a otras personas. Si era un tema de PR que no se lo dieran. Si tenía que "jugar el juego" y hacer una campaña publicitaria como el resto. En 2015 por fin lo obtuvo, por The Revenant, una de las cintas más olvidables en una carrera llena de papeles icónicos.  

¿Qué significó cuándo lo obtuvo? En realidad nada. No hizo mejores papeles. Ni fue más reconocido. Incluso diría que se volvió más misterioso que antes. Me imagino que el valor del reconocimiento fue personal y le permitió quitarse de encima tener que hacer PR. Lo cual parece que nunca disfrutó mucho.

El discurso que rodeó a DiCaprio por años me recuerda a la situación de Haruki Murakami, el "eterno candidato al premio Nobel". No es broma, al buscar "Haruki Murakami Nobel", ese es el primer encabezado que aparece. Me gusta mucho Murakami, tiene una extensa bibliografía y es muy reconocido. Sin embargo, nunca ha recibido el Nobel. Cuando lo ganó Bob Dylan recuerdo haber escuchado que la academia prefería dárselo a alguien que se dedica a la música antes que a Murakami. 

Al igual que ocurrió con Leo, para sus lectores no nos haría gran diferencia si se lo dan o no. Quizás podríamos alzar el cuello y decir que ya lo conocíamos antes de que ganara el Nobel, pero en este punto ¿quién no ha leído a Murakami? Pero no va a ser que sus libros sean mejores o peores. Espero que algún día lo gané, por lo menos para que pueda deshacerse de esa narrativa de aspirante. Al final del día el Nobel de literatura se ha vuelto un premio intrascendente, por lo menos para mí. 

A menos que algún día me lo den. Ojalá por este texto.

Pero no me pregunten a mí. Yo sólo soy una chica. 

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