Hace algunos días me plantearon un escenario interesante: Conoces al amor de tu vida, pero no se arregla bien. Tiene potencial, pero necesita una pulidita. ¿Lo tomas o lo dejas?
La respuesta corta es que lo dejo. Lo dejo, porque considero que al elegir pareja hay dos factores súper importantes que considero que deben hacer match, mis no negociables dijera mi terapeuta: el estilo de vida y el momento de vida. Es decir, que quiera lo mismo y que tenga un estilo de vida similar al mío. Porque en este punto no voy a dejar de ser quien soy por nadie y para mí claro que tiene que ver con el estilo.
Soy una persona que se fija en cómo se viste y disfruta haciéndolo, entonces esperaría una pareja con una perspectiva similar. Para mí no se trata de la ropa, se trata de identidad, de saber quién eres fuera de la relación y de entender la importancia del arreglo personal.
Está la posibilidad de que yo haga que su look mejore; que yo lo lleve de compras; que le diga qué va bien con que. Vaya, que sea alguien con potencial, pero solo necesite una ayudadita. Nada me gustaría menos, porque no se trata de si tiene buen estilo o no, es un tema de autonomía y de identidad. No me refiero a que está mal preguntarle a otra persona si un outfit se ve bien o no, eso está perfecto, normal y soy la más dispuesta a hacerlo. Es el esperar a que otra persona dicte desde donde compras hasta como te lo pones con lo que tendría un problema. A mí me gusta verme como quiero verme, me parece cero atractivo que alguien necesita que le digan cómo verse a sí mismo.
Entonces me acordé de She's All That.
Primeramente, hay que tomar las cosas de quien vienen. Esta película es más com que rom y claramente para una audiencia adolescente. O sea, así que digas "joya cinematográfica", no es. No está hecha para ser tomada muy en serio entonces no lo voy a hacer.
No es de mis rom coms favoritas, pero siento que crecí con ella. Por lo tanto, creo que es safe to say que es un filme formativo, de alguna manera. She's All That es sobre una apuesta. Freddie Prinze Jr. interpreta a Zach Siler, que es el galán de galanes en la escuela y, después de que su guapísima y popular novia lo abandona por Matthew Lillard, hace una apuesta que involucra convertir a una perdedora, Laney Boggs, en la reina del baile. No hay nada romántico en la premisa. Todos amamos a un underdog, pero ¿por qué debemos considerarlo romance?
Tenía años enteros que no veía esta película y verdaderamente está muy rara. O sea, sí me hizo reír aunque no sé si intencionalmente o no. Los personajes están en high-school, pero Taylor, la novia de Zach, va a un viaje de Spring Break como de universitarios. Además Matthew Lillard claramente es mayor de edad y anda con Taylor, pero nadie dice nada. Otra cosa que me pareció muy graciosa, pero importante, es que Laney no tiene intenciones ni deseos de cambiar. Ella está perfectamente contenta viviendo su vida, cuando Zach prácticamente dice: ¿Saben quién se viste bien culero?
Después de su cambio de look y de que Paul Walker revelara a Laney que todo fue una apuesta, Zach le pide perdón y le explica que ella se ha convertido en su mejor amiga y que lo hizo enfrentar verdades incomodas que estaba evitando. Por su parte, Zach logra que Laney se abra más y así pueda crear arte más íntima y personal. He visto peores justificaciones para quedarse con alguien, entonces puedo aceptarla.
Una parte importante de por qué vemos películas es por las conexiones que experimentamos y probablemente cierto tipo de wishful thinking. Creo que de lo que habla She's All That cuando habla de amor, es del tipo de relaciones que sacan lo mejor de ti. Ahora, eso es total y absolutamente subjetivo, pero al final es la razón por la que Zach y Laney se quedan juntos.
No obstante, no me gusta que Laney en realidad no quería cambiar su apariencia física. No necesitaba que Anna Paquin le depilara su uniceja invisible o que le cortara el pelo medio milímetro. Esa situación me recordó muchísimo a los reality shows de principios de los dosmiles como Extreme Makeover, en los que debíamos de creer que un corte de pelo y un nuevo guardarropa te cambiaba toda la existencia.
Evidentemente también me pareció sumamente problemático que sea un hombre cambiando a una mujer, literalmente adaptándola a su vida. Entonces me acordé que 1999 no nos dio solo una película en la que una persona popular decide cambiar el look de alguien para que sea su pareja. Ese mismo año se estrenó Drive Me Crazy, protagonizada por Melissa Joan Heart y Adrian Grenier con una canción de Britney Spears en el soundtrack. Un gran año para la industria cinematográfica, evidentemente.
La premisa de Drive Me Crazy es muy similar, aunque no hay una apuesta de por medio. Básicamente se utilizan mutuamente para darle celos a otras personas, pero eventualmente se enamoran y hay un makeover de por medio. Melissa Joan Heart, que es popular, le corta el pelo y le hace un cambio de look a Adrian Grenier, quien no es popular. No puedo decir más sobre esta película, porque no la encontré en ninguna plataforma de streaming y eso es lo que recuerdo.
¿Qué obsesión tenía 1999 con el potencial? ¿Sería la llegada del nuevo milenio? ¿Conformismo? ¿Inspirarnos a salir de nuestra zona de confort (para adaptarnos a la zona de confort de alguien más)? Dos veces en un año me parece demasiado. Algo había en el agua o había un productor en algún lado intentando decirle algo a alguien. Espero que algún día lo sepamos.
Las dos se basan en el potencial de Adrian y de Laney. Prácticamente nos dicen que si le damos la oportunidad a los raros pero hegemónicos podemos encontrar al amor de nuestra vida. Como dijo Avril Lavigne:
Too bad that you couldn't see, see the man that boy could be. There is more that meets the eye, I see the soul that is inside. Como ya lo expliqué con
anterioridad, no me convence estar con alguien por lo que podría llegar a ser, porque también fácilmente podría no ser.
Es justo lo que le pasó a Meryl Streep en The Devil Wears Prada, en la que también sale Adrian Grenier, cuando contrata a Andy. Ella le da la oportunidad a Andy porque ve su potencial y tuvo razón por un tiempo. No obstante, al igual que Laney, Andy no quería cambiar y cuando se da cuenta de eso abandona el trabajo por el que millones de chicas matarían y dejando a Miranda como estúpida.
Claramente Andy tomó una buena decisión al irse, jamás le voy a decir a alguien que se quede en un trabajo que no le hace feliz, y Miranda no era una buena persona. Lo que quiero decir es que es el claro ejemplo de que el hecho de que exista ese potencial, no significa que se va a alcanzar o mantener.
She's All That y Drive Me Crazy se salvan en el tercer acto, porque algo que empieza de forma superficial termina dándoles cierto tipo de crecimiento personal. Sin embargo, completamente sostengo mi primera conclusión. No me parece romántico el cambio de esa manera, el desarrollo interno sí, pero no cuando implica un cambio por alguien más. O soy demasiado romántica, ingenua, aferrada o todas las anteriores, pero yo no quiero cambiar a nadie para que sea lo que yo quiero. Preferiría completamente a alguien que ya sea lo que yo quiero. Ni siquiera quiero a alguien que cambie por mí.
A mi parecer, hubiera sido más romántico que Zach descubriera que no era necesario que Laney fuera diferente, que la aceptara y hubieran encontrado un punto medio. Como Gabriella Montes y Troy Bolton. Además creo que la conversación es abismalmente diferente dependiendo de qué punto de vista se vea. Si eres Zach está cool, pero si eres Laney en realidad no, porque implica una falta de aceptación. Al amor de tu vida no le importaría si usas un overol lleno de pintura todos los días. Las personas no son ni deberían ser un proyecto DIY, porque eso no es amor, es expectativa.
Pero no me pregunten a mí, yo sólo soy una chica.
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