¿Cuándo se volvió guapo Adam Driver?
Recientemente volví a ver Girls y lo que más me sorprendió fue que mi perspectiva de Adam Driver había cambiado completamente y ahora lo veo guapo.
Vivimos en la era post rat boy summer, entonces no es nada nuevo que yo declaré como guapo a alguien que no tiene una belleza hegemónica. Fue toda una narrativa que se tuvo en los medios de comunicación el verano pasado. Entiendo que ese fue el discurso y la tendencia. Además la belleza siempre ha sido subjetiva. Lo que me impactó mucho fue como no es solo culturalmente que ha cambiado esa perspectiva, sino como en cuestión de años, a nivel personal cambió la mía.
Cuando Girls se estrenó en el 2012 era considerada de esas series que son groundbreaking. Abordaba diferentes temas de manera muy moderna, muy contemporánea, muy millennial. Hay aspectos en los que se queda corta pero, trece años después, no considero que haya envejecido mal. Como otras. Un aspecto que fue de los temas controversiales, es que Hannah, la protagonista, no era una mujer delgada. Y que tenía múltiples desnudos a lo largo de la serie.
En una época en la que habíamos visto series como Gossip Girl y Sex and the City, en las que todos los personajes eran ridículamente tonificados y guapos, menos Chuck, no era la norma ver figuras normales en la televisión. Menos como protagonistas. Y muchísimo menos en una trama que no estuviera enfocada en bajar de peso. Hannah solamente existía. En ocasiones sí mencionaba su peso, pero nunca fue un enfoque principal para ella. Obvio esto es intencional y por eso creo que eligieron a Adam Driver como su novio en la serie.
Adam, que en la serie también se llama así, es un personaje rarísimo. Y no lo digo por decir, objetivamente es extraño. En la primera temporada es el casi algo de Hannah con quien tiene sexo que raya en lo perturbador y es un hombre feral; es un aspirante a actor que vive en un departamento que parece taller de carpintería. Además de ser una mala pareja, porque carece de responsabilidad afectiva. Y la cosa es que no era guapo.
En esa primera temporada, que es también cuando Hannah está muy vulnerable y perdida en la vida, me parece que es intencional no hacer obvio por qué ella está con él; por qué permite que ese Neanderthal la trate de esa forma. Eventualmente el personaje crece, evoluciona y madura. Creo que incluso era parte del encanto de ver la serie si empezabas a ver lo que Hannah le veía o no. Porque era debatible.
Volviendo a ver la serie siento que estoy viviendo cierto tipo de efecto Mandela. Porque en 2025 sigue siendo un personaje raro, pero ya lo veo súper atractivo. Lo veo y Hannah, yo lo entiendo todo. Bueno, no todo, pero casi. Me pegó cuando llegué a la escena de la boda de Marnie, en la que vi a los groomsmen y, con excepción de Ray (sorry not sorry), pensé que eran un grupo muy guapo. Y eso definitivamente no fue lo que pensé la primera vez que vi la serie.
Ahora, yo podría haber seguido con mi vida pensando que recordaba mal, que me lo imaginé todo. Pero hay un pequeño detalle. Es que en ese entonces una amiga vio el atractivo de Adam Driver cuando nadie lo veía y ella sabía que nadie más lo veía. Era como un guilty pleasure y tuvimos conversaciones al respecto.
Entonces tengo confirmación de que Adam Driver no siempre me pareció guapo y no entiendo por qué ahora sí. No hate para Adam Driver, es un actor súper talentoso y si algún día quiere romper la puerta de mi departamento para salvarme de un brote psicótico, adelante. El epítome del romance, si me lo preguntan a mí.
Cuando hablamos de publicidad y marketing, siempre lo hacemos con cierto grado de escepticismo porque no nos creemos vulnerables ante esas estrategias. Nos sentimos protegidos por nuestro cinismo, pero claramente no soy tan inmune como yo creía.
Me parece que fue al rededor del 2021, cuando se estrenó Annette, que colectivamente se aceptó que Adam Driver era un actor guapo. En ese entonces yo se lo atribuí a una campaña de PR, aunque tengo cero pruebas tampoco tengo dudas. Porque todo el discurso al rededor de él cambio completamente y no hay que ser tan ingenuos como para creer que esas cosas pasan nada más porque sí.
Hay algo de razón en la demanda de Blake Lively a Justin Baldoni en la que Lively menciona que hubo una campaña de desprestigio en su contra. No soy team Blake. En su caso, creo que las cosas cayeron por su propio peso. No obstante, habiéndolo vivido en tiempo real, sí me pareció muy raro la manera en la que se empezó a hablar mal de Blake en redes sociales de un momento a otro.
Nunca he sido su fan. Siempre me ha causado conflicto que se considerara un fashion icon y que se le alabara mucho por el hecho de que no usa un stylist, porque francamente se nota y mucho que es ella quien elige sus outfits. Y eso no es un cumplido. Pero siempre fue muy querida por el público como esposa de Ryan Reynolds; por su "estilo"; y por ser mejor amiga de Taylor Swift. Y, de un momento a otro, todo se le vino abajo.
Creo que es muy probable que el equipo de Justin haya empezado un discurso negativo en contra de Blake, pero creo que públicamente había demasiada evidencia negativa que su equipo no tuvo que hacer mucho. Las probabilidades no estaban a su favor. La cosa es que esas estrategias existen y funcionan. Genuinamente creo que entre el Episodio VII y Annette hubo un rebranding de Adam Driver en el que su management dijo: "Vamos a convertirte en un galán".
Entonces comienza a hacer otro tipo de papeles, que pasa de personajes raritos a más complejos, oscuros y emocionales. De repente está en Esquire, W Magazine, GQ y tiene una campaña con Burberry, en la que sale sin camisa, cabe destacar. Quisiera pensar que colectivamente descubrimos su talento y, así, su atractivo. Pero no, no fue casualidad, fue estrategia.
Las estrategias de relaciones públicas no son nada nuevo. Pero generalmente son más visibles cuando una celebridad atraviesa una crisis, porque vemos las disculpas, el cambio de imagen y el intento de control de las narrativas. No obstante, siempre están ahí. Están en lo que las celebridades dicen y hacen públicamente y lo que no. Y en el caso de Adam Driver se empezó a hablar de él como alguien que estaba reinventando las masculinidades, incluso Vanity Fair lo describió como una "fantasía erótica improbable". "Improbable", sí, pero no le quita la "fantasía erótica".
¿Quién decide lo que es bello? Creo que a veces queremos creer que la belleza es universal, pero lo que es hegemónico es aprendido y es un consenso. Si yo creo que alguien es guapísimo, pero nadie más lo cree ¿es o no es? Según la teoría sintérgica de Jacobo Grinberg, la realidad que experimentamos no es objetiva sino una construcción colectiva que involucra un consenso entre nuestras percepciones y experiencias individuales. Tiene sentido que la belleza también sea así.
El que encontremos a alguien atractivo o no también viene de lo individual, de aquello que hemos visto y experimentado. Es tan complejo como que a veces no sabemos explicar por qué alguien nos gusta y es más fácil recurrir al "es más guapo en persona". Nuestros gustos son muy personales, pero también es innegable el papel que el consenso social juega en ellos.
Es interesante preguntarnos por qué nos gusta lo que nos gusta o quién nos gusta. Ahora supongo que la cuestión de si alguien es guapo o no no depende solamente de a quién le preguntes, sino también de cuándo, en el contexto en el que hagamos la pregunta y en el discurso al rededor de esa persona.
Pero no me pregunten a mí, yo sólo soy una chica.
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