Cuando Taylor Swift se convirtió en mi safe space


 

Cuando el hype por Taylor Swift y el eras tour estaba en su punto máximo, me preguntaron ¿qué tiene de especial?

Desde hace mucho tiempo deje de cuestionarme por qué me gusta lo que me gusta. Simplemente lo acepto, lo disfruto y ya. No es necesario racionalizar todo. No podría considerarme una hardcore Swiftie. Me gusta mucho, pero conozco fans mil veces más dedicadas que yo. Incluso yo hubiera creído que era una fan casual, hasta que hace poco me di cuenta de que, no es solo un staple en mi Spotify, sino que tras una ligera decepción amorosa instintivamente recurrí a Taylor.

De mi boca salieron las palabras: Si Taylor pudo, yo también. Y me puse mis friendship bracelets e hice lo que tenía que hacer. Suena a broma, pero no lo es. 

La primera canción de Taylor Swift que me gustó fue Our Song. La escucho y estoy en la secundaria. Pero Taylor, como artista, no me llamaba tanto la atención. En ese entonces yo estaba en mi Fall Out Boy era. Comenzó a capturar mi corazón con 1989, particularmente con We Are Never Ever Getting Back Together porque coincidentemente yo estaba terminando una relación. Y, no, la situación que describe Taylor en su canción y la mía no era la misma. No obstante, que liberador era cantar el coro. 

Todo 1989 me encanta. Me parece que fue la era más icónica de Taylor con su #girlsquad; sus novios; su fiesta del 4 de julio; y todo su look. Me perdió un poco con Reputation y Lover, de los cuales solo me gustaron dos o tres canciones. Pero en pandemia, cuando sacó Folklore, fue cuando verdaderamente tocó mi corazón. 

La cuarentena fue un momento horrible. La verdad es que no la pasé tan mal, ya que estaba encerrada con personas que quería, mi familia estaba sana y ni siquiera cuando me quedé sin trabajo fue una tragedia. No obstante, todo el tiempo estuve dolorosamente consciente de que mi vida había quedado en stand by. Lo peor eran los fines de semana, porque eran cuando más me acordaba de todo lo que podría estar haciendo y todo lo que había dado por sentado. Anhelaba, y de verdad quiero decir ANHELABA, estar sentadita en el asiento trasero de un Uber viendo la ciudad de noche, camino a una fiesta con mis amigos. Sobra decir que me sentía bastante emocional.

Folklore me atrapó desde la primera canción, the 1. Hay personas que usan la frase "gut punch" cuando algo los sorprende muchísimo, pero la sensación que me produjo escuchar the 1 no fue un gut punch, fue un shock que sentí en lo más profundo de mi ser. Fue escuchar a alguien decir un secreto en voz alta. Por que, ¿cómo vas a admitir que si tus deseos se hubieran cumplido, hubiera sido él? Bru-tal. Recuerdo vívidamente la sensación de estar en mi cama viendo por la ventana y escuchar esa canción por primera vez. "In my defense I have none, for never leaving well enough alone. But it would've been fun, if you would've been the one". PAS-MA-DA.

Taylor no es la primera ni la última en escribir y cantar sobre un amor perdido. Nada nuevo bajo el sol. Antes de the 1, estaba The One That Got Away de su némesis, Katy Perry. Lo que hace diferente esta canción es que describe una situación en la que ya hay aceptación, la vida ya pasó y sabe que no es ahí, pero hubiera estado bonito si sí hubiera sido. ¿No? the 1 ya no le pide nada a ese ex amante, ni hay la esperanza de que suceda en otra vida, está la admisión de que las cosas son lo que son.

Señalaría ese como el momento en el que verdaderamente descubrí a Taylor Swift. 

Poco tiempo después ocurrió su conflicto con Scooter Braun y la regrabación de sus masters, lo cual hizo que escuchara canciones que, aunque viejitas, nunca había escuchado antes. Como Mr. Perfectly Fine (Taylor's Version), que se ha convertido en una de mis favoritas. Amo muchísimo. 

Originalmente salió cuando estaba en secundaria y me parece que es muy de secundaria. Pero es que todas conocemos un Mr. Perfectly Fine, es una experiencia que no conoce edades. Me encanta cómo encapsula la sensación de haber sido decepcionada por un hombre, pero sobre todo de sentirse terrible y ver a la otra persona estando perfectamente bien. 

Podría seguir enumerando mis canciones favoritas de Taylor, pero creo que mi punto se entiende. Podría resumir diciendo que Taylor es for the girls y esa afirmación sería suficientemente certera. Pero creo que Taylor es para las niñas porque no le da pena la experiencia femenina. 

Taylor Swift no es cool. O más bien Taylor Swift no es Cool Girl en el sentido del famosísimo monologo de Gillian Flynn en su libro Gone Girl. O en la película con Rosamund Pike y Ben Affleck. "Cool Girls are above all hot. Hot and understanding. Cool Girls never get angry; they only smile in a chagrined, loving manner and let their men do whatever they want. Go ahead, shit on me, I don’t mind, I’m the Cool Girl." Taylor no es cool en ese sentido y me da gusto. Porque Cool Girl es para los hombres, pero Taylor es para nosotras. 

Si hay algo que odio de los hombres, es que me tiren de loca. Me da una aversión inmensa ese momento cuando los hombres te hacen creer que esa experiencia que tú estabas viviendo, no era así. ¿Cómo creíste que alguien que te escribía todos los días estaba interesado románticamente en ti? Obviamente solo quería una amistad y TÚ confundiste las cosas. Entonces, simplemente hay cosas que siento que ya no se dicen cuando estás dateando. 

La cosa es que Taylor las dice. Taylor vive su experiencia como mujer de la manera menos apologética del mundo, creo yo. Tiene cero pena de pararse en un escenario y decir: "Esto fue lo que sentí y esto es lo que yo esperaba de esta persona". Aunque a veces sea un poco unhinged.

Un ejemplo de esto es Enchanted. Cuenta la leyenda que Taylor escribió esa canción después de conocer a Adam Young de Owl City. Habían hablado un par de veces por correo, pero no se conocían en persona. Una vez. Y le escribió una canción. No cualquier canción, sino una en la que se pregunta a quién ama esta persona. Taylor conoció a un vato una vez y romantizó completamente todo el encuentro. ¿Cringey? Muy. ¿Sé de que está hablando? Evidentemente. 

Oficialmente se convirtió en mi Safe Space con The Tortured Poets Department. Es bien curioso, porque cuando lo escuché por primera vez, no me llamó tanto la atención. Me gusto, pero hasta ahí. No obstante, fue el punto de que este album fue para su casi-algo y no para su ex novio. No cuestioné esa explicación ni por un instante. Porque se sabe que los casi-algo duelen más que los ex novios, aún si ese ex casi algo es Matty Healy. Y Taylor lo ha vivido y yo lo he vivido y mis amigas lo han vivido. Y es esa aceptación tácita lo que la hace mi safe space. 

No sé exactamente por qué a las demás niñas les gusta Taylor. No sé si sea lo mismo que acabo de describir o haya algo más. O menos intenso. Pero es también la comunidad femenina lo que hace a Taylor tan reconfortante para mí. Me encantan los friendship bracelets, de verdad. Sé que para las personas que fueron al concierto, estos fueron producidos en masa desde la comodidad de su casa. En mi caso, me los hicieron amigas cercanas y me llena de ternura saber que alguien creó algo para mí.

Sigo sin considerarme una hardcore Swiftie y no voy a discutir sus méritos como artista, ni como persona. Solo voy a decir que me gusta vivir en este momento, en el que para casi cualquier ocasión hay una canción de Taylor Swift que lo explica. Y eso es lo que creo que tiene de especial Taylor Swift. 

Pero no me pregunten a mí, yo solo soy una chica. 

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