Review: The Kite Runner
El peor arco de redención que he leído jamás.
Existen tipos de libros que simplemente evito leer: aquellos que sé que indiscutiblemente me van a hacer sufrir, debido al contexto en el que se desarrollan las historias. Los que se enfocan en guerras, genocidios o enfermedades terminales, por ejemplo. No me gusta sufrir por sufrir. Verdaderamente no lo disfruto. Irónicamente Les Misérables es de mis musicales favoritos, pero es que no es lo mismo sufrir cantando.
The Kite Runner llevaba varios años en mi lista de libros por leer. No solo en la virtual, sino que tenía el libro físicamente en mi librero. Pospuse empezarlo porque sabía que es el tipo de libro que te hace sufrir. Ya estaba familiarizada con la obra del autor Khaled Hosseini, leí A Thousand Splendid Suns en la prepa y, si bien disfruté muchísimo ese libro, la realidad es que la pasé mal. Sufrí con los suplicios que las protagonistas sufren a causa de la ocupación de Afganistán y no esperaba que The Kite Runner fuera diferente.
El protagonista de este libro es Amir, un niño adinerado de Afganistán; su relación con su padre, Baba; y con su mejor amigo Hassan. Amir me resultó un personaje complicado, porque no logré tenerle ningún tipo de cariño y muy poca empatía. Su mamá pierde la vida durante el labor de parto y él siente que su Baba nunca lo perdona por eso. Entonces tiene daddy issues y su principal motivación es obtener su cariño y aprobación.
Inexplicablemente cuenta con el cariño incondicional de Hassan, quien es hijo del sirviente de su padre y por consiguiente es sirviente de Amir. Claramente hay una diferencia muy grande entre las posiciones sociales de ambos personajes, factor del cual Amir abusa, y además frecuentemente pone a prueba los límites del cariño que Hassan siente por él.
Desde el inicio el autor se encarga de hacer evidente que Amir nos va a decepcionar en cuanto a su relación con Hassan. Porque Hassan lo adora, pero él lo da por sentado y en ocasiones hasta lo rechaza. El desequilibrio en esta relación es un set up clarísimo para la tragedia. Además por el contexto social que los personajes viven en Afganistán se vuelve muy evidente que va a haber violencia. Se sabe.
A pesar de que los personajes son prácticamente hermanos, ya que pasan todo su tiempo juntos y el papá de Amir los trata igual, la diferencia entre sus posiciones sociales es el punto de quiebre para el protagonista. Todo se viene abajo cuando le cuestionan si en realidad considera a Hassan, su sirvente, su amigo y Amir no sabe qué responder. Mala onda.
La cosa es que Amir no quiere a Hassan de la misma manera que lo quiere a él. No me refiero a un amor romántico, pero es que Hassan lo adora tantísimo que era casi imposible que fuera recíproco. Tampoco digo que sea su culpa, pero Amir era un cobarde privilegiado que tenía una intensa necesidad de obtener el reconocimiento de Baba.
La escena más violenta del libro me tomó desprevenida, porque la violencia no ocurrió como la imaginaba. Los niños tienen un conflicto con Assef, que es un psicópata violento que ama a Hitler. Hassan defiende a Amir y amenaza a Assef, entonces se sabe que este va a buscar venganza. Cuando encuentra la oportunidad de llevarla a cabo, Amir está por vivir la noche más feliz de su vida, ya que cree que por fin Baba va a estar orgulloso de él.
En mi cabeza Assef y sus dos amigos iban a torturar a Hassan. Yo anticipaba armas, mutilación y trauma, principalmente armas en contra de las cuales Amir no iba a poder hacer nada para defender a su amigo. Pero no, en realidad fue peor. Deciden violarlo y, aunque no tienen armas, Amir decide no hacer absolutamente nada. Se queda escondido en las sombras, presenciando todo. No lo defiende, no se mete, no grita. Literalmente nada. Pocas veces había estado tan sorprendida y decepcionada de un personaje literario.
Amir opta por no decir nada, fingir demencia y alejarse de la única persona que lo quiere indiscutiblemente. Después la culpa es tanta que decide incriminar a Hassan y a su padre de haberle robado para así obligarlos a irse del único hogar que han conocido. Nunca acepta su culpa, ni pide perdón a nadie, porque no quiere perder el recién obtenido cariño de Baba y creo que no quiere confrontar a Hassan con la enorme realidad de que la persona que él más quiere en el mundo lo decepcionó.
Todo por el cariño de Baba. No obstante, jamás me van a hacer odiarlo.
Durante la infancia de Amir, lo presentan como un padre exigente y distante, muy poco satisfecho con su hijo. Duele pensar que un niño pequeño, cuya única familia es su padre, se siente tan rechazado por este. Eventualmente se hace más clara la actitud que tenía Baba hacia su hijo, pero claramente le hizo mucho daño a este. Sin embargo, también es una persona con convicciones fuertes y una sólida brújula moral y esas son precisamente las características que su hijo carece.
Baba es una persona y como tal tiene muchas carencias, no es perfecto, pero ninguna de estas contrarresta que es un buen hombre. O sea, el señor construyó un orfanato solo porque sí y, a gran riesgo personal, evita que una mujer desconocida sea violada por un soldado. Evidentemente es una persona muy diferente a su hijo.
Como mencionaba al principio, anticipaba la violencia pero no la decepción ni a un protagonista tan mala onda. Lo que lo hace particularmente cruel es que hay cero accountability de su parte. Además de que nunca enfrenta las consecuencias directamente, tampoco confiesa abiertamente lo que hizo ni por qué.
Debemos creer que el personaje se redime y de cierta manera sí, pero porque las circunstancias se lo permiten. Después de traicionar horriblemente a Hassan y su papá, Amir y su padre huyen de Afganistan y se instalan en Estados Unidos. Al perder su posición social, dinero y alejarse de su cultura, la relación entre padre e hijo cambia radicalmente. Eventualmente se hace más pequeña la brecha entre ambos personajes y logran enmendar la relación antes de la muerte de Baba.
Posterior a su muerte, Amir se ve obligado a ir a Pakistán. Ahí descubre que Baba distaba mucho de ser perfecto y que también había cometido errores graves. Se entera que Hassan era su medio hermano biológico, ya que su papá había tenido relaciones con la esposa de su sirviente y, para evitarse la vergüenza, dejo que este lo criara después de que ella huyera.
Entonces, como Baba se cae del pedestal y al final Amir sí obtuvo la aprobación que tanto buscaba, tenemos que creer que ya no era necesario que este le confesara lo que le había hecho a Hassan y su padre. O lo que había visto y dejado pasar. Nunca hablan de todo el daño que ocasionó el que Amir se sintiera rechazado por su padre.
También en Pakistán se entera de que Hassan fue asesinado y dejó un hijo huérfano en Afganistán. Da la casualidad que Amir y su esposa no pueden tener hijos, entonces hasta fue conveniente para él. Un viejo amigo íntimo y personal de Baba le dice que Hassan le había contado "todo" y que lo perdonaba. Obviamente emprende el arriesgado viaje para rescatar a su sobrino y se tiene que enfrentar a la devastación de la ciudad que lo vio crecer y a mucha violencia.
No digo que meterse a un país en conflicto, enfrentar todo lo que él enfrentó, y adoptar a un huérfano sea poca cosa, pero es que el señor nunca enfrentó sus miedos. La vida, o el autor, le acomodaron las cosas demasiado perfectamente para que no lo tuviera que hacer y no entiendo el motivo.
Hubiera sido muchísimo más intenso emocionalmente que tuviera que ver a Hassan a los ojos y decirle: "Vi lo que te paso y no hice absolutamente nada para evitarlo". Porque nunca aclaran qué es ese "todo" que el amigo de Baba dice saber. En realidad no sabemos si verdaderamente Hassan sabía todo y lo perdonaba, podría haberse referido al hecho de que lo inculpó por el robo.
De igual manera jamás enfrenta a Baba, no admite sus shortcomings, ni le reclama el rechazo que sintió durante su infancia. Lo cual creo que hubiera sido súper catártico para el personaje, porque quizás hubiera actuado de otra manera si no hubiera estado buscando su aceptación. No lo sé, y nunca lo sabremos.
Al final no sufrí tanto como esperaba, porque Amir es un personaje privilegiado en todos los sentidos y todo lo vemos a través de sus ojos. Probablemente ni siquiera hubiera regresado a Pakistan si el amigo de Baba no se lo hubiera pedido y no se hubiera enterado de nada y hubiera seguido su vida con la misma tranquilidad. Él no busco el perdón por convicción propia, por lo tanto no creo en su redención. El autor quiere que lo perdonemos, pero como dijo Romeo Santos: "Que te perdone Dios, yo no lo voy a hacer".
Pero no me pregunten a mí, yo solo soy una chica.
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