Review: Just Kids
Si hay un libro que tenemos que leer por lo menos una vez en la vida, es este de Patti Smith.
★★★★★
La adultez es complicada y saber que vamos a hacer con nuestras vidas aún más. Este libro, escrito por Patti Smith describe la época en la que ella vivió con el fotógrafo Robert Mapplethorpe y su amistad, pero también como cada uno encontró su camino en la vida. Ninguno de los dos comenzó aspirando a ser lo que eventualmente fueron. Patti escribía y Robert se dedicaba a hacer esculturas.
La historia se desarrolla a finales de los años 60s, antes de que alguno de los dos alcanzara la fama. Juntos vivían la vie boheme en el Chelsea Hotel, de una manera que ni en nuestras mejores fantasías milennial podríamos imaginar. Andy Warhol, Allen Ginsbergh y Jimi Hendrix son algunas de las míticas figuras que acompañan a Smith y Mapplethorpe.
Ambos protagonistas parecen encarnar una fantasia de rebelión adolescente. Siguiendo ese instinto que todos parecemos poseer que nos dice que abandonemos todo y persigamos nuestros sueños, ¿en dónde más? En Nueva York. Sin certeza alguna del éxito que vendrá más adelante, se mantienen con la pura convicción de seguir haciendo arte aún ante la pobreza y precariedad.
El libro termina justo antes de que alguno de ellos alcance la fama y el reconocimiento que eventualmente obtendrían. Lo cual lo hace exactamente perfecto. Just Kids captura la incertidumbre que la mayoría de nosotros sentimos durante ese periodo de nuestra vida, cuando comenzamos a ser adultos y el rumbo de nuestra existencia se hace responsabilidad de nosotros y nadie más.
Nos encantan las historias de éxito y, aún más, saber como viven los ricos y famosos. Nos encanta saber de esas personas como Lady Gaga que siempre supo que estaba destinada a convertise en estrella del pop. Pero no siempre hablamos de lo que verdaderamente significa el hustle de alcanzarlo, por lo cual no siempre nos relacionamos con estos relatos. Es fácil ver al pasado, desde la cima de del éxito, y decir que cada obstáculo fue imprescindible para llegar a la meta.
Es bonito y empoderador escuchar la historia de como Lady Gaga le dijo a su ex novio que llegaría el día en que no iba a poder ir al deli sin ver su cara en todas partes. Pero también lo es leer a Patti, admirando el techo de su habitación en el Chelsea Hotel, después de pasar una noche admirando a Janis Joplin y Jimi Hendrix: “Nunca podría haber predecido que algún día caminaría su mismo camino. En ese momento solo era una desaliñada vendedora de libros de 22 años, luchando simultáneamente con varios poemas sin terminar.”
Claro que no suena tan divertida como la primera, pero a veces es lo que necesitamos escuchar.
La historia se desarrolla a finales de los años 60s, antes de que alguno de los dos alcanzara la fama. Juntos vivían la vie boheme en el Chelsea Hotel, de una manera que ni en nuestras mejores fantasías milennial podríamos imaginar. Andy Warhol, Allen Ginsbergh y Jimi Hendrix son algunas de las míticas figuras que acompañan a Smith y Mapplethorpe.
Ambos protagonistas parecen encarnar una fantasia de rebelión adolescente. Siguiendo ese instinto que todos parecemos poseer que nos dice que abandonemos todo y persigamos nuestros sueños, ¿en dónde más? En Nueva York. Sin certeza alguna del éxito que vendrá más adelante, se mantienen con la pura convicción de seguir haciendo arte aún ante la pobreza y precariedad.
El libro termina justo antes de que alguno de ellos alcance la fama y el reconocimiento que eventualmente obtendrían. Lo cual lo hace exactamente perfecto. Just Kids captura la incertidumbre que la mayoría de nosotros sentimos durante ese periodo de nuestra vida, cuando comenzamos a ser adultos y el rumbo de nuestra existencia se hace responsabilidad de nosotros y nadie más.
Nos encantan las historias de éxito y, aún más, saber como viven los ricos y famosos. Nos encanta saber de esas personas como Lady Gaga que siempre supo que estaba destinada a convertise en estrella del pop. Pero no siempre hablamos de lo que verdaderamente significa el hustle de alcanzarlo, por lo cual no siempre nos relacionamos con estos relatos. Es fácil ver al pasado, desde la cima de del éxito, y decir que cada obstáculo fue imprescindible para llegar a la meta.
Es bonito y empoderador escuchar la historia de como Lady Gaga le dijo a su ex novio que llegaría el día en que no iba a poder ir al deli sin ver su cara en todas partes. Pero también lo es leer a Patti, admirando el techo de su habitación en el Chelsea Hotel, después de pasar una noche admirando a Janis Joplin y Jimi Hendrix: “Nunca podría haber predecido que algún día caminaría su mismo camino. En ese momento solo era una desaliñada vendedora de libros de 22 años, luchando simultáneamente con varios poemas sin terminar.”
Claro que no suena tan divertida como la primera, pero a veces es lo que necesitamos escuchar.
Pero no me pregunten a mí, yo sólo soy una chica.
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